Translate

domingo, 16 de octubre de 2011

INICIOS DE SAN JOSÉ DE TARBES EN EL PERÚ


INICIOS DE SAN JOSÉ DE TARBES EN EL PERÚ

La llegada de las Hermanas de San José de Tarbes, al Perú
se realizó por el Norte. Piura fue "la esperanza" de la hermana Basilide, cuando las obras del Ecuador empezaron a tambalearse.
Efectivamente, las hermanas llegaron para atender el Hospital de Belén y 5 años después de establecidas, empiezan a dar los pasos necesarios para diversificar su apostolado: fundan más tarde en el Hospital de Belén, la Escuela “San José de Tarbes” y “Colegio Nuestra Señora de Lourdes”.

Desde allí la Provincia pasa por un período de quietud: sólo 18 años más tarde, en 1917 se funda el Hospital de las Mercedes en Chiclayo.
Cosa sorprendente, como en las obras de Venezuela, en el Perú los dos Hospitales generan obras educativas. Si Belén dio vida a San José de Tarbes, “Las Mercedes”, gracias al celo desbordante de la Hna. Raquel Dastugue y posteriormente de las Hnas. Flavia Domitila, Juanita, María del Carmen Camader, se abren las puertas del Patronato San José, con sus dos secciones ”Santa Teresita” y “Santa Rosa” ésta última para niñas de escasos recursos económicos. No hay duda: el Carisma inicial, la heroica gesta de las escuelas francesas cerradas por la Revolución, pero salvaguardadas por el espíritu audaz de las hermanas que supieron enfrentar las adversidades; se mantenía vivo en nuestras hermanas que buscando la colaboración de la ciudadanía, no sólo satisfacían las ansias de saber sino también el hambre de pan de sus alumnas.

Así transcurren 34 años desde la última fundación: en Chiclayo Las obras de Piura, eran para Piura. Las Comunidades, según los criterios de la época sobrepasaban la veintena de hermanas y las políticas de expansión no se aplicaban.
Cuando se trata de detallar el desenvolvimiento de las obras, es muy difícil hacerlo desde el punto de vista de los hechos y peor aún desde la frialdad de unas estadísticas. Una obra, sea cual fuere, no surge por generación espontánea: detrás de cada obra hay una persona, un espíritu que la anima, una fuerza que la lanza, unas dificultades que si, por un lado entorpecen la marcha, por otro lado la estimulan, hay metas que se van logrando, hay, en fin personas con nombre y apellido, y entonces, la historia cobra vida, tiene acción, nos es cercana, familiar y tiene un puesto muy cerca al corazón.